De la inspiración al maniquí: el viaje de abrigos artesanal
Cómo se diseña una colección de abrigos artesanal? es una pregunta que despierta curiosidad tanto en amantes de la moda como en quienes valoran la calidad detrás de cada prenda. En David Farré, este proceso no solo es creativo, sino profundamente artesanal, construido desde décadas de experiencia y una sensibilidad estética afinada al detalle.
En este artículo, te invitamos a descubrir cada paso del camino: desde el primer trazo en el moodboard hasta ver la prenda final sobre el maniquí.
Más allá de modas pasajeras, cada colección nace con una intención clara: capturar el espíritu de la temporada y transformarlo en formas, texturas y volúmenes que hablen el lenguaje de la piel natural.
Tabla de contenidos
El punto de partida: inspiración, concepto y tendencias
Cada nueva colección de abrigos artesanal comienza con una pregunta: ¿qué queremos expresar esta temporada?. En el taller de David Farré, la respuesta nace de un equilibrio entre intuición estética, conocimiento del cliente y observación detallada de la evolución de la moda.
Moodboard: donde la idea cobra forma visual
El moodboard es una herramienta clave en el diseño de cualquier colección de abrigos artesanal. Aquí se reúnen colores, texturas, siluetas, referencias culturales, paisajes y emociones que marcarán el hilo conductor de cada abrigo. Puede incluir desde fotografías de arquitectura modernista catalana hasta fragmentos de obras de arte o recortes vintage de moda francesa.
Este collage emocional guía al equipo creativo durante todo el desarrollo, asegurando coherencia visual y narrativa en cada pieza.
Investigación de tendencias con criterio propio
Aunque se consultan pasarelas, ferias internacionales y publicaciones especializadas, el enfoque de David Farré no es seguir tendencias ciegamente, sino reinterpretarlas con autenticidad. La marca observa qué estilos pueden dialogar con su público local —Lleida, Cataluña, España— y con los valores de elegancia, durabilidad y exclusividad que definen cada abrigo.
El resultado: piezas atemporales con guiños actuales, sin comprometer identidad ni calidad.
Selección de pieles y materiales nobles
La elección de materiales es un paso decisivo. Aquí se priorizan pieles de origen ético, seleccionadas una a una por su textura, elasticidad, grosor y comportamiento ante el corte. Cada tipo de piel se adapta a una silueta concreta: más ligera para líneas femeninas fluidas, más estructurada para modelos de inspiración masculina.
También se definen los complementos: forros naturales, cierres ocultos, botones artesanales o aplicaciones decorativas. Todo responde a una visión clara desde el primer día.
Del boceto al maniquí: dar vida a una idea con precisión técnica
Una vez definida la línea estética de la colección de abrigos artesanal, comienza la fase más técnica: transformar la inspiración en volúmenes, cortes y estructuras reales. En este punto, el diseño se convierte en lenguaje tangible, donde la piel es protagonista y cada decisión cuenta.
Bocetado y dibujo técnico
El equipo de diseño traduce el moodboard en bocetos a mano alzada, explorando diferentes siluetas, proporciones y largos. Se analizan cómo caerá la piel, qué zonas deben aligerarse, cómo se moverá la prenda con el cuerpo.
Cada boceto exitoso se convierte en un dibujo técnico detallado, con indicaciones de costuras, tipos de pespunte, ubicación de bolsillos y acabados. Este plano guía al área de patronaje.
Patronaje y modelado sobre maniquí
Los patrones se trazan con una mezcla de técnica digital y modelado manual sobre maniquí. En David Farré, se valora especialmente este segundo enfoque, porque permite ver cómo se adapta la piel al cuerpo en tres dimensiones desde el principio.
Se prueban proporciones reales, se afinan hombros, mangas y líneas de cierre hasta lograr el equilibrio perfecto entre comodidad, elegancia y estructura.
Prototipo, prueba y correcciones
Con el patrón listo, se elabora un primer prototipo (a menudo con una piel base de ensayo), que se prueba sobre maniquí y, en algunos casos, sobre modelo real. Esta fase es esencial para:
Comprobar caída, peso y movilidad
Ver cómo responde la piel a las costuras
Ajustar largo de mangas, cintura o cuello
Confirmar armonía visual entre diseño y material
Solo cuando todo encaja a nivel técnico y estético, se autoriza el paso a confección definitiva.
Confección, acabado y entrega: la culminación del proceso artesanal
Cuando el diseño está aprobado y los patrones finalizados, comienza la fase más delicada: confeccionar la prenda definitiva con la piel seleccionada. Aquí es donde el trabajo técnico y creativo se transforma en una pieza de lujo tangible.
Corte y ensamblado con precisión artesanal
Cada pieza de piel se corta a mano, siguiendo el patrón con absoluta fidelidad. Se tiene en cuenta el sentido del pelo, la elasticidad natural del material y la simetría visual. No hay margen para el error: cada corte es definitivo.
El ensamblaje se realiza con técnicas tradicionales de peletería, muchas de ellas transmitidas por generaciones. Las costuras se refuerzan, los bordes se alisan y cada unión es revisada para garantizar resistencia y suavidad.
Acabados que definen la calidad
Los detalles marcan la diferencia entre un abrigo correcto y una pieza de autor. En esta etapa se colocan los forros naturales, etiquetas, cierres ocultos o botones personalizados. También se trabajan cuellos, puños y acabados exteriores con técnicas especiales según el tipo de piel.
Cada prenda se somete a una revisión rigurosa de costura, caída, acabado interior y tacto. Si algo no alcanza los estándares de la marca, se ajusta o reinicia.
La entrega: una experiencia completa
El proceso finaliza con la presentación de la prenda al cliente. En David Farré, este momento es más que una entrega: es una experiencia. El abrigo se presenta en condiciones óptimas, con recomendaciones de uso y conservación, en un packaging cuidado que refleja la calidad del producto.
Es también el cierre de un ciclo donde la inspiración inicial se transforma en realidad — una prenda única que representa una mezcla de diseño, tradición y excelencia artesanal.
Cada colección es una declaración de identidad
Diseñar una colección de abrigos no es simplemente una cuestión de estética, sino un acto de coherencia, precisión y pasión por el oficio.
En David Farré, cada prenda nace de un proceso riguroso que une visión creativa, técnica artesana y un profundo conocimiento de la piel como materia viva. Desde el primer trazo en un moodboard hasta la última puntada en el taller, todo responde a un propósito: crear piezas duraderas, funcionales y cargadas de personalidad.
Porque un abrigo bien diseñado no solo abriga; también comunica, distingue y perdura en el tiempo.
Y eso, precisamente, es lo que diferencia a una marca con historia de una moda pasajera.